Personalmente, yo considero las siguientes competencias las más importantes a desarrollar por mí como orientador. Aparecen en una tabla donde se refleja el grado de realizad de la competencia que actualmente considero que yo poseo y la meta a la que quiero llegar, realizándome las siguientes preguntas:
v ¿Para qué me interesa adquirir esa competencia? ¿Qué me va a aportar?
v ¿De qué recursos dispongo para alcanzarlo?
v ¿Qué obstáculos la dificultan? ¿Qué podemos hacer para minimizarlos y conseguir la meta?
COMPETENCIA
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REALIDAD
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MEDIA
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Competencias sociales
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6
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9
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Capacidad de observación
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6
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9
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Capacidad de Diagnóstico, Prevención e Intervención
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4
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9
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Conducta ética y contacto con el cliente
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7
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10
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Formación contínua
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4
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9
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Empatía y afectividad
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7
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10
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Pero he de decir, que de entre todas estas competencias que he seleccionado, una de las que primero se deben dar y que favorecen el trato con el cliente, que confíe en nosotros, y que quiero destacar, es la afectividad: es muy difícil ayudar a solucionar un problema o conflicto si separamos totalmente lo personal de lo profesional, pues nos debe provocar algún tipo de emoción (ya dijimos anteriormente que como personas siempre tenemos un aspecto subjetivo), aunque bien es cierto que no tenemos que “ir detrás” de los problemas del otro.
Es decir, que no tenemos que hacer nuestros sus problemas, pero sí que tenemos que preocuparnos por él y entrar en contacto con su persona estableciendo un punto de conexión de intereses de esa persona para que se abra, y no verlo sobre “mi rol” de profesional,, ni machacarle sólo con sus fallos.
Y en cuanto a la empatía, esto significa ponerse en el lugar del otro, comprender la situación en la que se encuentra, sus sentimientos, sus pensamientos y su comportamiento. No tenemos que estar continuamente analizándole como si nosotros fuéramos ordenadores o máquinas analíticas para ver qué le ocurre al cliente, sino que para poder entrar en contacto con él tenemos que hacerle ver que le comprendemos, que “podemos llegar a imaginar cómo se siente”, “lo duro que tiene que ser haber pasado por su situación”, etc.
No es necesario que nosotros le contemos alguna situación parecida que hayamos vivido en algún momento de nuestra vida (aunque en ocasiones, yo personalmente creo que esto no perjudica del todo, por el mismo motivo anteriormente comentado de que somos personas y tenemos un ámbito subjetivo que nos conmueve o nos hace experimentar sensaciones o emociones, incluso despertar sentimientos pasados que pensábamos ya olvidados gracias a ciertas situaciones que se nos pueden presentar en nuestras consultas), pero sí que tenemos que comprender al otro, empatizar con él.